Entre el detective de ficción y el detective real

Entre el detective de ficción y el detective real

Los Sherlock Holmes del siglo XXI

 

ELENA AGUILAR 29/11/2015

Entre el detective de ficción, que protagoniza películas y exitosas series de televisión, y el detective real hay todo un mundo de distancia. Probablemente lo imagine como Sherlock Holmes, fumando en pipa, portando un sombrero y gabardina, asomándose por una esquina, con sigilo y misterio, siguiendo a su objetivo. Pero verlos en la vida real es suficiente para descartar esta teoría. Nada que ver con el legendario personaje de Arthur Connan Doyle. Tampoco con Hércules Poirot. Ni con el inspector Jacques Clouseau. Los investigadores privados del siglo XXI no visten de forma llamativa. Tampoco llevan gafas oscuras ni beben whisky con hielo. Son tipos normales. Como usted o como yo.

La de detective es posiblemente una de las profesiones más desconocidas. Y eso que la cartelera está llena de películas que hablan de ellos y las estanterías de las librerías rebosan de títulos de novela negra. El sabueso de hoy es un profesional normal y corriente, con estudios universitarios y que en vez de dar clases en la universidad, pasar consulta en una clínica o llevar la cuenta de resultados de una empresa se dedica a averiguar la verdad.

Los datos que maneja el Colegio Oficial de Detectives Privados de la Comunitat Valenciana constatan la existencia de 200 investigadores privados. Una decena de ellos trabaja en Castellón y lo hace en seis despachos, la cifra más alta en años. En España son más de 1.250 los detectives en activo, de los que alrededor de un 30% son mujeres y el sector factura 3.600 millones de euros al año.

Carlos (el nombre es ficticio, por razones de seguridad) lleva tres años en la profesión. Empezó con un despacho en Vila-real y hoy dirige junto a su socia Modus Castellón, una de las seis empresas de investigación privada que operan en la provincia. “Tenemos trabajo, pero el problema es que esta profesión es muy irregular y también muy sacrificada, porque pasamos una gran cantidad de horas vigilando”, apunta.

Pero, ¿qué investigan los detectives privados en Castellón? ¿Quiénes son sus clientes? ¿Cómo es su día a día? Aunque el perfil de usuario es muy variopinto, en general, se trata de empresarios que sospechan que sus trabajadores les engañan, padres que quieren conocer lo que hacen sus hijos cuando salen por las noches, maridos y mujeres que creen que sus parejas les son infieles o personas que quieren modificar el convenio que regula su separación. El caso, por ejemplo, de un hombre que quiere demostrar que su exmujer trabaja, tiene buen sueldo, y vive con otra persona. En definitiva, demostrar que ella gana más que él para así poder bajar la pensión. Son algunos ejemplos de los casos más habituales en los que trabajan los investigadores de Castellón. Y sus historias son interminables.

Si Carlos lleva tres años en la profesión, Eloy de Paco Martínez es uno de los veteranos. Lleva desde finales de los setenta en la profesión y preside el Colegio Oficial de Detectives de la Comunitat (en España solo existen otros dos colegios, en Galicia y Cataluña). “Esta es una profesión desconocida. Somos profesionales a los que, desde el 2014, se nos exige un título universitario y una licencia específica. Ni llevamos gabardina ni fumamos pipa”, describe.

PONGA UN DETECTIVE EN SU VIDA // Como en cualquier profesión, la crisis ha pasado factura a la actividad de la investigación privada. Y ya no por el volumen de trabajo (es cierto que ha bajado, pero no lo ha hecho tanto como en otros sectores), sino por la facturación. “Los precios han evolucionado claramente a la baja, hasta un 50% menos. Las tarifas del 2007 y el volumen de facturación no van a regresar nunca”, describe José Antonio (el nombre también es ficticio), de Detectives Castellón.

José Antonio es abogado y abrió su despacho en el centro de la capital de la Plana hace diez años. Es un enamorado de su profesión (en su caso dedicarse a la investigación privada es algo cien por cien vocacional), pero reconoce que es una actividad dura. “Quema mucho. Un día puedes estar diez horas esperando en el coche. No tenemos horarios”, asegura. Manda el trabajo y hay que estar disponible las 24 horas del día, de lunes a domingo.

La de detective es una profesión compleja que requiere de grandes dosis de paciencia, pero también de intuición y de mucha sangre fría. Y es también peligrosa. Frente a la creencia popular de que van armados, los detectives de Castellón aseguran que su arma es el cerebro. “No llevamos pistolas, ni navajas, ni gases lacrimógenos ni nada parecido. Si nos encontramos ante una situación peligrosa, nuestra mejor arma de defensa son las piernas, salir corriendo”, describe el investigador de Detectives Castellón.

Y situaciones peligrosas las hay. A menudo, los detectives de Castellón montan guardia en clubs nocturnos y es fácil que levanten las sospechas de los vigilantes. Y, cuando eso ocurre, los investigadores aseguran que es mucho mejor que a uno le tomen por ladrón antes que por policía. “Hay personas a las que tú investigas que te pillan y te intentan tirar de la carretera. Estamos desprotegidos”, cuenta José Antonio.

No usan armas, pero sí cámaras de video y de fotografía. “También realizamos informes escritos que luego presentamos al cliente, y testificamos en juicios. Esta profesión tiene mucho de pisar calle, pero también de despacho”, explica Carlos, de Modus.

LO QUE CUESTA EL SERVICIO // Pese a que los investigadores privados aseguran que las tarifas de ahora poco tienen que ver con las de hace unos años, sus servicios no son baratos. Los honorarios medios de un detective se mueven alrededor de los 40 euros por hora. Destapar una baja laboral fingida y documentarla con pruebas puede costar unos 4 días de investigación. Es decir, en torno a los 1.500 euros. Por ahí ronda también el coste de una investigación de infidelidad matrimonial. Pero parte de la facturación se va en gastos de despacho, secretaría y reparaciones. “Al final nos queda un sueldo normal. Los que trabajamos en esto lo hacemos por vocación”, coinciden. H

Mediterraneo

Una exguerrillera y la detective portada en Soho

Una exguerrillera y la detective portada en Soho

La revista ‘Soho’ conmociona a Colombia con su próxima portada

La publicación muestra en su primera página, desnudas y en actitud sensual, a una exguerrillera de las FARC y a una detective que luchó contra este grupo terrorista

El adelanto en redes sociales de la próxima portada de la revista ‘Soho’ ha causado un gran revuelo en Colombia, país que se ha visto conmocionado al contemplar la fotografía que muestra a una exguerrillera de las FARC y una detective que luchó contra este grupo terrorista abrazadas, desnudas y en actitud sensual.

Las protagonistas de la instantánea protagonizada por Isabel Lodoño, exguerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y su antigua rival Ana Pacheco, detective del Departamento Administrativo de Seguridad, quien durante años se ha dedicado a perseguir a los guerrilleros del grupo terrorista colombiano.

La revista ha titulado su portada con la frase ‘La paz según Soho’, mensaje con el que la publicación se suma a las celebraciones por los avances en el proceso de paz que mantienen el Gobierno colombiano y las FARC. Esperan firmar una tregua antes de que termine 2015 y llegar a un acuerdo final que termine con décadas de violencia en el país latinoamericano.

Por otro lado, ‘Soho’ ha aprovechado la ocasión para rendir tributo a la legendaria portada de ‘Rolling Stone’ en la que el cantante de los Beatles John Lennon aparecía desnudo en la cama, abrazado a su esposa Yoko Ono. En la publicación colombiana, la exguerrillera de las FARC y la detective aparecen en una actitud similar a la de John Lennon y Yoko Ono, fotografía que fue realizada por la reconocida Annie Leibovitz en 1980.

Fue interceptado en la frontera con 150.000 euros

Fue interceptado en la frontera con 150.000 euros

El empresario, denunciado por Soler por no pagarle las acciones del Valencia, niega el informe del detective privado que le atribuye cuentas en el extranjero.

 

Vicente Soriano declaró ayer como imputado en el juzgado de Instrucción número 3 de Valencia. Juan Soler le denunció por un delito de insolvencia punible. El constructor quiere que se investigue si Soriano ocultó su patrimonio para evitar pagarle los 65 millones de euros que le adeuda por la frustrada venta de las acciones del Valencia. Esta cantidad está reconocida en dos sentencias del Tribunal Supremo.

Soriano optó por no contestar a las preguntas de la acusación particular. Durante su comparecencia negó el contenido del informe de una agencia de detectives de Valencia que le atribuye un jugoso patrimonio, de decenas de millones de euros, repartido entre bancos de Europa y Suramérica. Rechazó la veracidad de su contenido.

El empresario sí admitió que en una ocasión fue interceptado en la frontera con Andorra con unos 150.000 euros en efectivo, información que ya publicó LAS PROVINCIAS. Se trata de la primera vez que Soriano reconoce este particular. Durante su comparecencia indicó que ya dio las explicaciones oportunas en el expediente abierto al retenerle ese dinero. Aclaró que llevaba esa cantidad para una operación inmobiliaria que finalmente no llegó a materializarse. El declarante subrayó que esa era la única vez que había reunido ese capital. De esta forma, trasladaba que no dispone de un holgado patrimonio, tal y como recoge el citado informe del detective.

Soriano insistió ayer en que no debe dinero a Soler pese a las dos sentencias que reconocen esta deuda. Dijo respetar la decisión judicial, pero recordó su teoría de que había un pacto de caballeros en el que si la operación con Dalport se desmoronaba cada cual volvía a la situación inicial. Sin embargo, esta cláusula no llegó a recogerse por escrito. El empresario desarrolló esta idea en su comparecencia pese a que no se investiga en este procedimiento.

Detective privado

A continuación, se celebró la comparecencia del detective de la agencia Distrito 46. El profesional indicó que, en realidad, el dossier acerca del patrimonio de Soriano y el entramado que diseñó para hace inviable un embargo consta de siete partes. Una de ellas, la que se encuentra en la causa, la elaboró un compañero de Barcelona, según su testimonio. Facilitó la identidad del autor para que sea citado a declarar.

El detective privado valenciano se comprometió a aportar las otras partes del informe que elaboró a petición de Soler. El expresidente del Valencia CF, asfixiado por la falta de liquidez ante el impago de Soriano, encargó este informe para tratar de vender la deuda a otros empresarios a cambio de una quita. Así, esta documentación la entregaba a los interesados para convencerles acerca de la solvencia. Este dossier fue el que entregó al confidente policial quien terminó denunciándole por preparar un secuestro contra el empresario. Esta causa se sigue en otro juzgado. Soriano recurrió ante la Audiencia el archivo decretado por la juez instructora.

 

A. RALLO

Las Provincias

 

«Todos llevamos dentro un detective, somos cotillas»

«Todos llevamos dentro un detective, somos cotillas»

  • JERÓNIMO TRISTANTE, Escritor

  • «Una persona con una mínima vertiente pública tiene que movilizarse para ayudar a quienes lo necesitan», dice el autor del superventas Víctor Ros

 

Jerónimo Tristante (Murcia, 1969) pone a la venta el próximo jueves 15 la quinta y esperada entrega de la saga del detective Víctor Ros. Una nueva novela detectivesca que presentará oficialmente el día 22, en compañía de María Dueñas, «gran amiga mía», que amadrinará el acto.

Tristante, que ha ambientado la mayor parte de la novela en el Londres victoriano, ofrece un viaje en el tiempo, «un paseo desde los ambientes más elevados de Londres hasta Whitechapel, un lugar sórdido y más deprimente y duro que los suburbios de Calcuta». Y como ya tiene acostumbrados a sus lectores, no faltará Sherlock Holmes, «al que siempre intento homenajear en mis novelas de Víctor, y en un pasaje que les va a gustar mucho a los lectores, la mayoría son ‘holmesianos’».

Estaba previsto que esta quinta entrega, que pone en un brete al Estado español, saliera en mayo, pero se retrasó la fecha: «El otoño es una buena época para vender libros». Este profesor de Biología y Geología, superventas, tiene ya en cartera otra novela, ’36’, que tendrá que esperar para ver la luz. «Es muy chula, ambientada en la Guerra Civil».

-¿Le reclaman los lectores con asiduidad nuevas aventuras de Ros?

-Sí, salió en mayo de 2014 y en junio ya preguntaban por la siguiente.

-¿Qué sensación le produce eso?

-Es muy bonito que la gente se enganche al personaje y quiera más. Eso se escapa a tu control, pero, con la que está cayendo, es una bendición.

-Esta quinta entrega sale también con Plaza y Janés, ¿ha llegado a un acuerdo con ellos?

-Desde ‘El Valle de las sombras’ estoy publicando todo con Plaza y Janés, me tratan muy bien y estoy muy a gusto con ellos. Siendo autor de la casa, tienes mucho camino hecho.

-Y, ¿cuándo saldrá ’36’?

-No lo sé. Porque la iba a sacar con Plaza y Janés, pero como hemos sacado la de Víctor Ros… No se puede sacar más de una al año; es un buen ritmo.

-¿Y las compatibiliza con su trabajo de profesor en Archena?

-Sí, estuve unos meses de excedencia antes del verano. Ahora me he reincorporado y estoy a tope con las clases.

-¿Cómo se organiza?

-Pues mal, sobre todo por los viajes y los compromisos de las charlas. Voy liadísimo, pero ahora estoy intentando centrarme durante el curso en el instituto, y en verano escribiré y dejaré tiempo para algún festival.

 

BUESO-JERONIMO TRISTANTE. 90-10-2015

BUESO-JERONIMO TRISTANTE. 90-10-2015

-Una de las máximas de Víctor Ros es usar la ciencia para resolver sus casos, sin embargo la intuición y lo paranormal están presentes en sus aventuras, ¿por qué esa dualidad?

-Es una receta que me gusta mucho. Jugar con sucesos que aparentemente puedan tener una explicación no racional. Y es algo que funciona muy bien: enfrentar a un investigador racional y empírico con situaciones aparentemente paranormales. Yo mismo siento esa dualidad, me atraen mucho esos temas de misterio. Eso da mucho juego y a todos nos gusta.

-De alguna manera, ¿desmitifica este mundo de lo sobrenatural?

-No necesariamente. Hay sucesos para los que casi siempre encontramos una solución. Aunque el de ‘la Casa Aranda’ es un misterio real, las casas encantadas existen. Aquí en Murcia tenemos la Díaz Cassou. Son como las meigas: ‘haberlas, haylas’.

-Ros dice que los patrones de delincuentes y actos criminales se repiten, ¿cómo busca el factor sorpresa?

-En el tipo de novela que hago es difícil sorprender al lector, porque está muy resabiado. A mí también me ocurre como lector. Pero cuando lo consigues, el efecto es fantástico, por eso merece la pena estrujarte la mente al máximo para conseguir dar un giro más. En esta novela, hasta en la última página, hay algo que, seguro, va a sorprender a todos.

-Este libro empieza en el Balneario de Archena, ¿aprovecha el éxito de Ros para vender Murcia?

-Yo siempre saco Murcia. En este caso, trabajo en Archena y el balneario es un escenario fantástico, con un aire muy decimonónico y, en aquella época, entre la alta sociedad tomar las aguas estaba en boga. Lo tenía muy a favor de obra para ubicarlo ahí, y así hacer un guiño a una localidad en la que paso mucho tiempo.

-¿Sus personajes se inspiran en gente real?

-No, los invento todos. Como tengo tantas novelas escritas, llega un momento en que no se me ocurren más nombres y utilizo los de amigos. En esta hay un personaje femenino muy fuerte, María Fuster, una amiga mía a la que le hacía ilusión salir; su personaje ha quedado sensacional. Y Martin Roberts es un corresponsal de Reuters en Madrid que es amigo mío.

-¿Quién es su referente literario?

-El que más me gusta es Wilkie Collins, uno de los padres de la novela policiaca. Pero leo de todo. Lo que más me gusta son los clásicos del XIX que escribían el folletín. Me encanta como escribían y que hacían leer a las masas. Lo que intento con Víctor es hacer un homenaje a esta literatura, muy popular y de muchísima calidad.

-¿Cuántos libros de Víctor Ros ha vendido ya?

-No lo sé, pero bastantes. Tener una saga, desde el principio, vi que era muy interesante para mí como autor para reclutar lectores. De hecho, cada vez se van sumando más y más amigos al fenómeno de Víctor.

-¿Seguirá protagonizando historias o tiene los días contados?

-Seguiré escribiéndolas mientras la gente las demande. Yo no me canso, pero de vez en cuando alterno porque si no me aburriría. Da mucho gusto tener un personaje que la gente reclama. Lo paso bomba.

-¿Dónde nacen los casos?

-Como soy un poco hiperactivo, cuando estoy en una situación sin un libro o un ordenador o no estoy corrigiendo, empiezo a pensar y no sabes cuándo va a saltar esa chispa.

-Puede vivir hoy de la literatura

-Yo sigo con las clases porque no quiero verme como un novelista. Me veo más como un profesor que en su tiempo libre escribe. Me he planteado muchas veces coger la excedencia, pero no me va bien a nivel anímico, de estabilidad. Además, la docencia es un trabajo muy intenso y trabajar con críos me revitaliza.

-Pero, ¿es una vocación infantil?

-No, he hecho muchas cosas en la vida: visitador médico, sindicalista, profesor,… Empecé por casualidad, porque mis alumnos leían poco y todos tenemos una responsabilidad en hacer que la gente lea… Y descubrí que lo pasaba muy bien documentándome y escribiendo, me resulta muy terapéutico.

-El siglo XIX, la Edad Media y la Guerra Civil española y la posguerra son las épocas en las que ambienta sus libros, ¿por qué?

-Hay épocas que me llaman mucho la atención, no sé si porque he leído mucho sobre ellas o porque es cierto lo de la reencarnación y viví esas épocas.

-¿Por qué cree que está de moda la novela negra?

-Es muy agradecida; permite contar acontecimientos históricos de una forma muy entretenida, con un caso policiaco por medio. El suspense es una golosina; es un motor muy potente que hace al lector seguir leyendo. Todos llevamos dentro un detective, somos muy cotillas.

-Clara Alvear es el viento en las velas de Ros, ¿quién es el suyo?

-Mi hija María, tiene 14 años y ahora va a empezar a leer las novelas, porque cuando empezó con la primera le dio miedo. Se ve que era muy pequeña.

-Es un escritor comprometido, ¿por qué es imprescindible movilizarse?

-Una persona con una mínima vertiente pública está obligada a movilizarse para ayudar a quien más lo necesita. Esa es una responsabilidad que debería tener todo el que sale en los medios. Hoy día, más que nunca, la gente más humilde es la que necesita tener voz. Lo que hemos vivido en los últimos años es impresionante y ha hecho reaparecer unos niveles de pobreza que creíamos erradicados. Yo, en la docencia, veo chicos y chicas que lo están pasando muy mal.

-Miranda y Aldanza son los archienemigos de Ros, ¿no los liquidará?

-No puedo hacer ‘spoilers’, pero a Aldanza lo he resucitado porque me gustó tanto Helio Pedregal haciendo el papel, que me empujó a retomarlo.

-¿Qué le aportan los encuentros con los lectores?

-Tengo cientos de anécdotas que hacen que se me salten las lágrimas. Son la savia que me ilusiona y me ayuda en los momentos más bajos, porque ser escritor es muy duro en España.

-¿Es una dificultad escribir desde Murcia?

-Al principio muchísima. Era muy difícil que tomaran en serio a un tío de Murcia, encima biólogo.

 

PEPA GARCÍA | MURCIA

Face

Límites a la investigación penal

Límites a la investigación penal

Lo que es lógico en países desarrollados resulta absurdo en el obsoleto proceso español

Obviamente, la primera obligación de los fiscales es cumplir y hacer cumplir la ley. Sin embargo, está cuajando en las fiscalías la sensación raramente unánime de que no vamos a poder cumplir una norma que nos afecta de lleno: la que desde el 7 de diciembre pretende limitar la investigación judicial de los delitos —incluidos los procesos iniciados con anterioridad— a un máximo de seis meses, que en los casos complejos pueden ampliarse a 18, prorrogables por igual tiempo.

En principio, tanto la declaración de “complejidad” como la prórroga solo pueden ser acordadas si el fiscal lo solicita, aunque “excepcionalmente” el juez puede fijar un nuevo plazo máximo sin límite alguno, a petición del fiscal o cualquiera de las partes. Como la excepcionalidad la valora el propio juez, parece obvio que el pregonado límite temporal queda descafeinado —¿mucho ruido y pocas nueces?— en aquellos supuestos en que suelen alargarse más los procesos.

En realidad, la limitación temporal tiene sentido en aquellos sistemas en que la investigación la dirige el fiscal. Sobre la base de que un ciudadano no puede ser investigado indefinidamente, y del derecho de la víctima a obtener respuesta en un tiempo razonable, el Estado pone su poder y sus medios a disposición de las acusaciones tan solo durante un tiempo determinado. En ese contexto, naturalmente corresponde al investigador justificar por qué y para qué necesita la prórroga. Y el juez, árbitro imparcial y garante de los derechos de todos, decide.

Pero lo que es lógico en el modelo de los países desarrollados resulta absurdo en el obsoleto proceso español. Empeñado en salvar la figura medieval del juez de instrucción, nuestro legislador lleva años encajando a martillazos piezas que no ajustan. He aquí un nuevo ejemplo. El juez dirige la instrucción (al tiempo que avala su legalidad, lo cual evidencia la baja calidad democrática —checks and balances— del sistema); pero, paradójicamente, es el fiscal quien debe convencerle de que necesitará más tiempo para completarla. Y no confiamos en el fiscal para pilotar la investigación, pero le permitimos abortar la del juez mediante la sencilla decisión de no pedir su prórroga. El mundo al revés.

Revisar todas las causas penales es una tarea de imposible ejecución

Eso sí, la nueva ley añade que “en ningún caso” el mero transcurso de los plazos dará lugar al archivo del proceso si no concurre una causa legal de sobreseimiento. Claro que una de esas causas es que no haya pruebas suficientes del delito o su autoría; y como no existirán si no ha dado tiempo a obtenerlas, la norma queda en puro merchandisinglegal.

El motivo de inquietud de los fiscales es, sin embargo, otro. La Fiscalía General, intentando cumplir con su deber, ha ordenado revisar todas las investigaciones pendientes para ver si procede solicitar la prórroga. Pero hay un problema: es en el juzgado donde se tramitan los procesos. Es el juzgado el que cuenta con medios para gestionarlos (la increíble ratio de la fiscalía es de 0,8 funcionarios por fiscal), y es el juez quien, tras comunicarle simplemente la incoación, puede decidir, ley en mano, cuándo y cómo dar entrada al ministerio público.

El fiscal no controla ni monitoriza la instrucción. Y su sistema informático —que opera en soportes diferentes y hasta incompatibles en las distintas comunidades autónomas— no permite el acceso directo a los registros judiciales. De hecho, los sucesivos fiscales generales llevan años denunciando que ni siquiera los datos estadísticos son fiables. Faltan medios técnicos, manejabilidad de las aplicaciones, formación de quienes las utilizan y protocolos de inspección de su funcionamiento. Recursos que, a pesar de que la Constitución proclama la autonomía del ministerio fiscal, permanecen en manos del Ministerio de Justicia y las comunidades autónomas.

En esas condiciones, obligar a los fiscales a revisar todas las causas penales (en 2014 se incoaron más de cuatro millones y llegaron a término más de 600.000) sin interrumpir o perturbar seriamente el servicio que prestan puede resultar, en efecto, una tarea de imposible e inexigible ejecución.

El Consejo Fiscal advirtió de todo esto en su informe al anteproyecto de la ley que ahora entra en vigor. Por supuesto, en vano.

Y en estas condiciones nos anuncian para el 1 de enero de 2016 elpapel cero, es decir, la gestión íntegramente informatizada de todos los procesos. Nada menos.

Pero que nadie se angustie. Si todo esto sirve para airear unos cuantos titulares sobre la “eficacia” y la “celeridad” de la justicia, ¿a quién le importa lo demás?

Pedro Crespo Barquero es fiscal de Sala del Tribunal Supremo.

EL PAIS

Carpe Diem

Carpe Diem

Carpe diem es una expresión de raíces latinas que fue concebida por el poeta romano Horacio. Su traducción literal otorga relevancia a la frase “cosecha el día”, cuyo contenido intenta alentar el aprovechamiento del tiempo para no malgastar ningún segundo.

La frase completa popularizada por Horacio, aseguran los historiadores, fue “carpe diem quam minimum credula postero”, que en español puede entenderse como el siguiente consejo: “aprovecha cada día, no te fíes del mañana”.

Lee todo en: Qué significa carpe diem – Definición, Qué es y Concepto https://definicion.de/carpe-diem/#ixzz3lQOmiaMi

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